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LOS LUGARES MÁS CONTAMINADOS DEL MUNDO


Un grupo de especialistas en salud y ambiente elaboró una lista con los  lugares más contaminados del planeta. Aunque no es fácil definir criterios comparativos para calificar a los diez lugares más contaminados de nuestro planeta, una investigación de The Mother Nature Network, sustentada en datos estadísticos y condiciones atmosféricas reales, ha permitido enlistar a los ganadores de esta nefasta distinción. 

En el Noticiero Armagedon esperamos que esta información nos haga preguntarnos ¿Qué estamos haciendo con nuestro planeta?


El Lago Karachay, Rusia 

Imagine un lago tan contaminado que pasar una hora en sus orillas daría
lugar a una muerte segura, y la única manera que se les ha ocurrido a las autoridades es llenar el agua con bloques de hormigón para mantener en el fondo, el suelo tóxico. Este lago es el Karachai que se localiza en Chelyabinsk (Rusia), y es considerado el lugar más contaminado del planeta. 

El lago Karachay se encuentra dentro del complejo nuclear Mayak Production Association, una de las más grandes y antiguas instalaciones nucleares de Rusia y una fuente importante de plutonio durante la era soviética. La región de Chelyabinsk fue uno de los principales centros industriales de Rusia. Mayak ha sido escenario de numerosos accidentes nucleares a lo largo de su historia, muy similar a la catástrofe de Chernobil, pero mucho más concentrado. Tanto el complejo Mayak y la ciudad construida para su mantenimiento (Ozyorsk ahora) se mantuvo oficialmente oculta por las autoridades soviéticas, sin reconocimiento de su existencia hasta 1992. 

Karachay, el pequeño lago en el sur de la planta nuclear, pasó un cuarto de siglo recibiendo residuos contaminados de Mayak. 

En la década de 1990, se había producido un aumento del 21% en la incidencia de cáncer, un aumento del 25% en los defectos en los recién nacidos, un aumento del 41% en leucemia, y un 50% de la población en edad de procrear era estéril. 28.000 de los habitantes que viven a lo largo del lago fueron contaminados gravemente, y otros 100.000 experimentaron en algún grado la radiación. 

Debido a que a los médicos que asistían a los enfermos, no se les permitía por los militares hablar de "enfermedad por radiación crónica", los pacientes fueron simplemente diagnosticados con un "síndrome asteno-vegetativo". Hoy en día el lago continúa teniendo cesio y estroncio en sus sedimentos y así estará unos pocos de cientos de años más. 

En 1957, un año después de que el lago Karachay se convirtiera oficialmente en un receptáculo de residuos radiactivos, uno de los tanques de almacenamiento utilizados para que los residuos se enfriaran antes de verter en el lago estalló. Los tanques de enfriado fueron sumergidos para deshacerse del calor. El 29 de septiembre, el fluido de enfriamiento en uno de los tanques se había evaporado y la temperatura dentro del tanque comenzó a aumentar, provocando una reacción en cadena de explosiones entre los tanques cercanos lanzando varias toneladas de material radiactivo a la atmósfera. 

Como Ozyorsk no fue reconocido oficialmente, la explosión y la lluvia
Central Nuclear de Mayak
radiactiva resultante vendrían a ser conocido como el desastre de Kyshtym la ciudad más cercana. 23.000 kilómetros cuadrados de tierra fueron contaminados, 10.700 personas fueron evacuadas y 270.000 se vieron afectadas. Todos los árboles en los 18 kms del complejo se secaron en un año. 

El siguiente desastre ocurriría en 1967. Ese año con un verano anormalmente cálido, el lago empezó a secarse hasta la mitad de su tamaño original, dejando al descubierto el sedimento del lago contaminado, extendiendo el estroncio contenido en un área de aproximadamente 1.800 km cuadrados, con una población de 400.000 habitantes. 180.000 personas fueron contaminadas  muchos de los cuales ya habían sufrido el desastre anterior. Después de esto las autoridades soviéticas planearon cubrir el lecho del lago con bloques de hormigón para evitar que los sedimentos contaminados pudieran propagarse en años de sequía. Entre 1978 y 1986, se introdujeron 10.000 bloques en el lago. 

La producción de plutonio terminó en 1987 después del cierre de dos de los cinco reactores. En total, más de 500.000 personas han sido irradiadas por las diversas catástrofes en Mayak, con unos niveles totales de radiación emitidos más altos que los de Chernobyl. Sólo después del final de la época soviética los residentes de la región cuentan el verdadero alcance de los daños causados ​​en el complejo Mayak. Incluso en los últimos años ha habido incidentes, incluyendo un incendio en 1994 que liberó gas radioactivo.

Linfen

Una calle principal en Linfen, China.
PETER PARKS/AFP/Getty Images)
Linfen es considerada la ciudad más contaminada del planeta. Situada en el corredor industrial de procesamiento de carbón, en China, la contaminación que resulta de las emisiones industriales y de los millones de automóviles impregnan el paisaje con un tinte apocalíptico. Algunos dicen que pasar un día, al aire libre, en esta ciudad equivale a fumar cincuenta cigarrillos diarios.  La anécdota más ilustrativa de la intensidad de la contaminación en la ciudad es que sus habitantes ya no tienden la ropa al aire libre, pues se ennegrece antes de cercarse.

La esperanza de vida de los ciudadanos de Linfen es de tan solo  60 años, diez menos que en el resto de China, y muchas ONGs afirman que su contaminación es mucho mayor que la existente en Chernobyl después del desastre nuclear.

Luego de la apertura China en 1979, el medio ambiente fue sacrificado en aras del crecimiento económico. Dieciocho de las 20 ciudades más contaminadas del mundo están en China. Los principales ríos del país se encuentran tan contaminados que son tóxicos incluso al contacto con la piel.

En Linfen la agricultura prácticamente no existe, debido a que las verduras que se cosechan presentan una gran capa de polvo negro; los niños no conocen las estrellas ya que su cielo está permanentemente cubierto por un manto gris de humo. Los habitantes pasan gran parte del día en sus viviendas, prácticamente tapiadas para tratar de frenar la contaminación de afuera; cuando salen, deben usar mascarillas quirúrgicas para disminuir un poco la contaminación absorbida.

Linfen se conoce como la ciudad sin sol, debido a que el sol solo se ve aproximadamente solo unos 20 días al año.

La Isla de Basura

Ubicada en el Océano Pacífico, cerca de Hawai, este lugar conocido también
como el “vórtice de la basura”, ocupa una extensión de 692,000 km/2, superando así el tamaño de países como Francia o España. Esta isla emerge como un masivo monumento a la suciedad del ser humano, y se debe a que millones de restos de plástico y basura se concentran en una misma zona debido a un movimiento circular de las corrientes ecuatoriales que gira en dirección de las manecillas del reloj.

Corría el 13 de agosto de 1997 y el oceanógrafo Charles Moore navegaba por el Pacífico. Su velero volvía a California desde Hawái, luego de una regata. Él y sus cinco tripulantes habían tomado una ruta poco transitada y ese giro inesperado en su bitácora también cambió sus vidas y el sentido que tenía hasta ese momento el océano para ellos. De un momento a otro, comenzaron a ver una hilera de bolsas de plástico, redes, conos asiáticos de señalización de tráfico, jarras, zapatos, cepillos de dientes, muñecas descabezadas y bombillos.

En ese instante, Moore, como un Cristóbal Colón moderno, con el azar y una dosis de instinto como la que tuvo el navegante genovés hace más de 500 años al descubrir América, también había hallado otra 'región' mar adentro: el 'continente basura'. Hoy, quince años después de ese avistamiento, esa porción de desechos flotantes no es un espejismo. Está creciendo, impulsada, según Greenpeace, por las 6 millones de toneladas de residuos que caen al mar cada año. De hecho, el Instituto Scripps de Oceanografía, en EE. UU., indicó que esa 'sopa de plástico' en alta mar se ha multiplicado por 100 entre 1999 y el 2010.

Los desperdicios concentrados en esa parte del Pacífico se agrupan en un remolino provocado por corrientes, que impide que se dispersen hacia las costas La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica dice que el 80 por ciento de esos restos los producen fuentes terrestres y el 20 por ciento restantes, los barcos.

El Río Citrarum, Indonesia

Situado al Oeste de Java, este río es conocido como el más sucio y
contaminado del mundo. Más de cinco millones de personas viven en los alrededores y penosamente dependen de sus aguas para sobrevivir.

Debido a las más de 500 fábricas que existen en el lugar, en su mayoría del sector textil cuyos procesos requieren muchos tratamientos químicos, este río se ha llenado de porquería. Los aldeanos ya no pescan más. Lo que ahora hacen es “rebuscar” entre la basura, algo que les podría ser de “provecho” para venderlos o negociar con alimentos. Ellos arriesgan su vida para poder subsistir, ya que están expuestos a muchas enfermedades “navegando” en este río.

Hoy en día, la Citarum es un río en crisis, ahogada por la basura doméstica de nueve millones de personas y de espesor despegue de cientos de fábricas.

Tan densa es la alfombra de basura que las diminutas embarcaciones pesqueras de madera que flotan a través de él son el único indicio de la presencia de agua. Sus ocupantes ya no tratan de pescar. Es más rentable reciclar o salvar la basura para el comercio – como: las botellas de plástico, patas de sillas rotas, guantes de goma – el riesgo de la enfermedad que pueden adquirir es elevado por uno o dos libras a la semana si tienen suerte.

Las Naciones Unidas para el Día Mundial del Medio Ambiente, mostró el abuso escandaloso que la humanidad se ha sometido en la Citarum, cerca de la capital indonesia de Yakarta.

Dicen que el Citarum comenzó a fallecer con la industrialización rápida a finales de los ’80.

Dzerzhinsk, Rusia

El Libro de los Record Guinness reconoció a Dzerzhinsk como la ciudad con
mayor contaminación química en el mundo. Entre 1930 y 1998 más de 300 mil toneladas de desechos químicos, fueron depositados en los alrededor de esta condenada urbe.

Incrustada al este de Rusia, en esa “nada” conocida como Siberia, se encuentra Norilsk, ciudad que por sus condiciones climáticas y medioambientales ha sido considerada como la peor ciudad del mundo para vivir. La falta de infraestructura,  la nula posibilidad de desarrollo sociocultural, y la esperanza de vida media para sus habitantes que es de 46 años, hacen de Norilsk una especie de gélido infierno.

Entre algunos de los factores que ameritan considerar como apropiada esta etiqueta de “la peor ciudad del mundo para vivir” tenemos el rápido deterioramiento de los inmuebles, la mayoría de los cuales está en ruinas, Norilsk se asienta en el permafrost. Sus habitantes padecen hasta 56 grados bajo cero el algunos momentos por lo que una temperatura de 10 bajo cero es esta ciudad está a la par de las peores ciudades de China, lo cual la coloca entre las diez ciudades más contaminadas del mundo.
considerado un momento cálido. Por si fuera poco, la contaminación industrial que envuelve

La Guerra Fría aún sigue dejando víctimas a su paso, las fábricas armamentísticas de aquellos tiempos han dejado un legado de productos altamente tóxicos en todo lugar con los gas mostaza y sarin que se fabricaban, sumado a esto, los distintos químicos que fueron inescrupulosamente arrojado a las distintas aguas subterráneas; en 1998 se calculaba que los desperdicios echados a la ciudad era de 300.000 toneladas. Si bien las elaboraciones de estos productos dañinos han dejado de fabricarse, las demás empresas siguen desperdigando sus desechos a vista y paciencia de todos sin el más mínimo sentido de cuidar el medio ambiente.

La Oroya, en Perú

Este pueblo minero situado en los Andes peruanos debe sus denigrantes
niveles de contaminación a la presencia de minas y plantas de procesamiento de plomo que son propiedad de empresarios estadounidenses desde 1922.

La contaminación causada por el complejo metalúrgico de Doe Run ha superado todas las marcas mundiales y no sólo afecta al 99% de sus 33.000 pobladores, sino que ahora hasta los bebés nacen contaminados con plomo en la sangre. Un panorama desolador...

La Oroya ha sido declarada como una de las diez ciudades más contaminadas del mundo por el Instituto Blacksmith y está ubicada a 175 kilómetros de Lima, una distancia corta pero que requiere cinco horas de viaje en automóvil, dada la complejidad de un camino que atraviesa una accidentada cadena de montañas.

Apenas se llega a La Oroya se puede observar cómo la actividad minera ha afectado el paisaje natural y cubierto de residuos químicos las montañas que rodean a la ciudad, sentir de inmediato un ardor en los ojos y respirar un aire cargado, debido a la emisión continua de plomo y azufre de la empresa estadounidense Doe Run.

La ciudad tiene un aspecto muy particular: pareciera, de hecho, que acaba de sobrevivir a una guerra nuclear. Está construida alrededor del complejo metalúrgico que posee la enorme chimenea emisora de humos; de acuerdo al Consejo Nacional de Medio Ambiente (CONAM) de Perú, esa chimenea emite a diario 1.067 toneladas métricas de gases tóxicos, los que, según la dirección del viento, pueden llegar hasta la ciudad de Huancayo, ubicada a 120 kilómetros.

El complejo contaminante fue creado en 1992 por la empresa norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation, que en 1974 fue expropiada por el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado, quien la entregó a la estatal Centromín Perú. Luego, en 1997, durante el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), el complejo fue vendido a Doe Run Company de Missouri, propiedad del controvertido y exitoso empresario estadounidense Ira Rennert.

Rennert dirige el imperio corporativo Renco y es una de las personas más
ricas de Estados Unidos; vive en una mansión de 100.000 pies cuadrados en Long Island (Nueva York), a la que ha bautizado "Fairfield". Es considerada la casa particular más grande del país, con 29 dormitorios, 40 baños, canchas de tenis y básquet y una sala de teatro, entre otros lujos.

El dueño de Doe Run Company admitió que quiso copiar el Palacio de Versalles con el dinero que produce anualmente su corporación, que asciende a cerca de 2.000 millones de dólares, mientras que los empleados de la filial de su empresa en Perú hacen huelgas para pedir mejores sueldos y beneficios laborales, que brillan por su ausencia.

A mediados de 1999, y gracias a la presión de los pobladores de La Oroya, se realizó un primer estudio sanitario para determinar el nivel del plomo en la sangre de los naturales de la ciudad. El estudio indicó que el 99% de los oroínos están contaminados en diversos grados con plomo, cadmio y dióxido de azufre.

Este hecho forzó al Estado a presionar a Doe Run para que cree y realice el Plan de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), con el objeto de limpiar el aire y los suelos de la zona; ese proceso está detenido desde hace diez años porque la empresa aduce problemas económicos para llevarlo a cabo. 

Chernobyl

A diferencia del resto de los lugares más contaminados, Chernobyl debe su mérito a los altos niveles de radioactividad que dominan el ambiente gracias a la famosa explosión de una planta nuclear en 1986. Alguna vez este pueblo alojó a más de catorce mil habitantes y hoy no es más que un pueblo fantasma ya que las condiciones de vida son insostenibles.

Cuando han pasado 27 años desde el accidente de la central nuclear de Chernobil, ocurrido el 26 de abril de 1986, el efecto de la radiactividad sobre el área circundante está muy lejos de estar superado. La atención se ha fijado en el entorno más inmediato a la planta atómica, donde cientos de miles de personas fueron desalojadas en un radio de 30 kilómetros y donde todavía se mantiene una Zona de Exclusión para restringir la permanencia en ella.

Pero la radiactividad llegó mucho más lejos. Unos 200.000 kilómetros
cuadrados de Ucrania, Bielorrusia y Rusia fueron contaminados con altos niveles de radionucleidos, entre ellos cesio-137, un material altamente tóxico cuyo periodo de semidesintegración es de 30 años y cuya permanencia en el medio ambiente llega a los 300 años. Depositado en el suelo, se incorpora a las plantas y animales y luego llega al hombre a través de la cadena alimenticia, convirtiéndose en una fuente de radiación interna. La nube radiactiva afectó también a todos los países de Europa, como muestran los mapas de la ONU.

Un informe radiológico elaborado en el 2011 por Greenpeace y disponible por completo en su página web asegura que hay amplias zonas rurales de Ucrania, alejadas cientos de kilómetros de Chernobil, en las que el cesio-137 y otros materiales contaminan el suelo y el agua pasando a plantas y animales y a los alimentos, según explicaba a elmundo.es la científica de Greenpeace responsable del estudio de laboratorio, Iryna Labunska.

En su inspección, la organización ecologista recogió 117 muestras de comida en decenas de localidades de las regiones ucranianas de Rivnenska Oblast y Zytomyrska Oblast y las sometió a análisis de laboratorio.

Los análisis probaron la presencia de radiactividad en muchas de esas muestras en niveles muy superiores a los permitidos por las autoridades sanitarias.

La contaminación afecta especialmente a ciertos productos como la leche, ya que las vacas pastan en terrenos contaminados por radiación. Otros productos altamente tóxicos son las bayas y las setas silvestres, ya que los arbustos y los hongos absorben de forma muy rápida la radiación depositada en la parte superficial del terreno.

Greenpeace aclara que su trabajo no pretende ser una evaluación completa, sino sólo de una prospección que sirve para mostrar la gravedad de la situación. Como ejemplo, en un pueblo de la región de Rivnenska Greenpeace ha encontrado cesio-137 en el 93% de las muestras de leche recogidas. Las muestras tienen un nivel de cesio-137 que supera entre 1,2 y 16,3 veces la norma ucraniana para la presencia de ese contaminante en los productos lácteos. En el caso de las setas, una muestra de hongos listos para el consumo analiza en la comarca de Zhytomyrska Oblast arrojó una medición de 288.000 bequerelios por litro, es decir, 115 veces más de los valores permitidos para el consumo.

Greenpeace recuerda que las autoridades no deben hacer caso omiso de l
a situación, como está ocurriendo ahora. "Después de 25 años, la población que vive a cientos de kilómetros de Chernóbil continúa expuesta a niveles de radiación peligrosos en la comida de origen local. Exigimos al Gobierno ucraniano que continúe realizando controles", afirma Aslihan Tumer, responsable de energía de Greenpeace Internacional.

Otras fuentes ucranianas lamentan que los esfuerzos para paliar los efectos de Chernobil estén mal enfocados. Según el doctor Valery Kashparov, director del Instituto Ucraniano de Agricultura y Radiología, es lamentable que se dediquen cientos de millones de euros a las obras de contencion del dañado reactor de Chernobil cuando bastaría un millón de euros anuales para evitar que los campesinos de las zonas más afectadas tuvieran que consumir alimentos contaminados. Según él, bastaría con proporcionar piensos limpios para su ganado y fertilizantes especiales que permiten la progresiva limpieza de los suelos contaminados. Sin embargo, estas tareas han sido olvidadas, asegura.


Kabwe, Zambia

Tras décadas de extracción y procesamiento de cadmio y plomo en las minas de la región, toneladas de estos materiales cubren las colinas que rodean a los pequeños poblados de la zona. La población infantil de Kabwe muestra entre cinco y diez veces más plomo en la sangre que lo que está permitido por la Environmental Protection Agency de Estados Unidos. La tierra esta tan contaminada que ninguna planta crece alrededor de estas colinas.

Kabwe es la capital de la Zambia Provincia Central con una población estimada en 202.914 en el censo de 2010. Anteriormente llamado Broken Hill, debido a las altas concentraciones de plomo como consecuencia de un anterior desarrollo de operaciones mineras. Los niveles sanguíneos de plomo entre los menores en algunos barrios son entre cinco y diez veces superiores al nivel considerado peligroso.

En 1902, se descubrieron aquí ricos depósitos de plomo, conllevando a lo largo de un siglo unas operaciones mineras que nunca respetaron los estándares más básicos de respeto al medioambiente o a la salud pública.

La ciudad de Kabwe es un ejemplo especialmente desafortunado de polución a
gran escala en un país en desarrollo que afecta a la salud de miles de familias pobres y, en especial, a los menores. Ninguna autoridad colonial ni en los sucesivos gobiernos tras la independencia han proporcionado seguridad a los residentes de Kabwe. Las operaciones mineras se estuvieron desarrollando hasta 1994.

El plomo es, sin embargo, uno de los metales más peligrosos para el organismo humano y el gobierno de Zambia nunca ha prestado la suficiente atención a este peligro. En concreto, el proceso de fundición estaba irregularizado durante estos 90 años de operaciones y los fundidores estaban en contacto con metales duros en pequeñas partículas.

Ya no tienen lugar operaciones de minería y fundición, pero han dejado una ciudad envenenada con concentraciones debilitadas de plomo en el suelo y el agua como recuerdo de la época minera. Algunas de las concentraciones en SOIL han alcanzado niveles de 2.400 mg/kg. En un estudio, las dispersaciones en el terrno de plomo, cadmio, cobre y zinc se extendían a un radio de 20 kilómetros.

Según el Blacksmith Institute, en torno a un billón de la población mundial se ve afectada por la polución, siendo las víctimas habituales menores y sufriendo enfermedades como consecuencia de la contaminación. "Vivir en una ciudad con serios problemas de contaminación es como vivir condenado a muerte", concluye el informe..


Río Yamuna, India

El río Yamuna es el mayor subafluente del Río Ganges. En el lugar en que transcurre a través de Delhi, se estima que el 58 % de la basura de la ciudad es tirada directamente al río. Sin embargo, millones de indios todavía utilizan estas turbias aguas mezcladas con aguas residuales para lavarse, beber agua y tirar la basura.

Al igual que el Ganges, el Yamuna también es muy venerado en el hinduismo y adorado como la diosa Iamuna a lo largo de su curso. En la mitología hindú, se convirtió a la antigua diosa Iamí en esta personificación del río Yamuna. Iamí era la hija de Vivasuat (el dios del sol), y hermana gemela de Iama, el dios de la muerte.
Por eso, bañarse en las aguas sagradas del Yamuna libera de los tormentos de la muerte.

Lamentablemente el río yamuna, está altamente contaminado, a lo largo de los años, tanto que representa una amenaza para el mismo taj mahal, pues hay estudios que suponen que la contaminación a penetrado, y pudiera estar pudriendo sus cimientos, si esto es cierto, corre el riesgo de derrumbarse, si es que no se hace nada por el río.

Partes del Yamuna se describen, actualmente, como un “río muerto”; esto significa que el nivel de contaminación es tan crítico que no hay oxígeno suficiente en él para que peces u otras criaturas marinas puedan sobrevivir.

El gobierno de la India ha gastado casi 200 millones de euros en planes fallidos para limpiar el río, que es venerado por los hindúes y sigue desempeñando un papel importante en muchas ceremonias religiosas.

Río Ganges, India

Anclados en su mundo tradicional, los hindúes siguen arrojando a las putrefactas aguas de su río sagrado los cadáveres y las cenizas de sus muertos cuando no pueden pagarse un entierro, además de lavar la ropa y los platos así como hacer sus funciones corporales. Esto no les parece incompatible con bañarse o incluso beber.

El río Ganges, terriblemente contaminado, es el vertedero oficial no sólo de desechos humanos y cadáveres, también las fábricas de piel y las industrias químicas situadas en la orilla vierten sus productos tóxicos en las aguas, cargándolas de esta forma de níquel y arsénico.

El número de personas afectadas por enfermedades infecciosas, respiratorias, de la piel, hídricas, parasitosis, etc., crece a ritmos alarmantes. Solo dos especies pueden sobrevivir en las zonas menos contaminadas, una de las cuales, el delfín del Ganges, carece de cristalino, siendo totalmente ciego puesto que la visión no le sirve de nada entre las turbias aguas. Sin embargo, el Ganges sigue proporcionando agua para el consumo humano y labriego a más de 500 millones de personas.

Además, su carácter sagrado promueve continuas peregrinaciones al río para
purificarse o meditar. Se cree que cada vez que te sumerges en el río expías un pecado. Shiva, una de las deidades más importantes, ha dicho que los que mueran a las orillas del Ganges quedarán liberados del ciclo de reencarnación, alcanzando de esta forma el Nirvana.

Hay piras funerarias encendidas constantemente en la orilla, donde los que pueden permitírselo incineran a sus familias. Son tantos los cadáveres y tan pocas las piras que los encargados de la cremación ni siquiera dejan que los cuerpos se consuman del todo, y acaban arrojando las cenizas con restos de pies y cabezas sin quemar. Mendigos enfermos y esqueléticos suplican por unas últimas monedas para poder comprar la leña y morir de la forma deseada. Los perros son repudiados, nadie los cuida y viven en los vertederos comiendo desechos y restos orgánicos putrefactos porque los hindúes creen que los ladrones se reencarnan en forma de perros.

La ONU envió grandes cantidades de dinero para construir redes de saneamiento en las ciudades bañadas por el Ganges, pero los líderes religiosos lo impidieron: el río no necesita ayuda para purificarse porque es un Dios.

Los únicos que se encargan de “eliminar” los cadáveres del río… son los Aghori, una secta de necro caníbales que consumen los cuerpos podridos que flotan en el Ganges. El hinduismo los ha repudiado, pero en las zonas rurales se considera que pueden curar enfermedades y son adorados.

No suelen llevar ropa, excepto algún sudario ocasional de un muerto, pero suelen cubrirse enteros con las cenizas sacadas de las piras. Llevan un cráneo humano que utilizan para beber. Comen la carne cruda de los cadáveres que flotan en el río o la quemada que queda en las piras. Creen que esta práctica les confiere poderes sobrenaturales como evitar el envejecimiento. Aunque últimamente han tratado de disfrazar esta realidad pintándolo como un destino turístico ricamente cultural, solo es maquillaje
para un infierno de suciedad y miseria. El 92 por ciento de la población vive por debajo del nivel de la pobreza, o son considerados indigentes por la ONU.

Dentro de esta penuria también hay niveles. Hace poco se ha aprobado una ley por la que las prostitutas podrían por fin ir calzadas por la calle. Muchas de ellas morían a causa de terribles infecciones cuando otras mujeres echaban cristales por las calles para evitar que se acercaran a sus maridos. También se les permite ya ser incineradas o enterradas; antes se las arrojaba a los vertederos, donde lo más frecuente era que fueran trituradas para el ganado, para esas vacas consideradas sagradas. La otra opción era dejarlas pudrirse en las calles, pero no en el río.

Hay que añadir que de estas prostitutas, se estima que 500.000 son menores de edad.

Haina, República Dominicana

La populosa región conocida como Bajos de Haina está contaminada con emanaciones de plomo, provenientes de la planta de reciclado de baterí­as para automóviles Metaloxa, cerrada en 1997. Sus niveles tóxicos de plomo son los más elevados del mundo, con trágicas consecuencias: las malformaciones congénitas, lesiones oculares y desórdenes neurológicos son dolorosamente frecuentes en los niños del lugar. Luego de cerrar la planta de reciclado en Haina, la empresa Metaloxa se trasladó a una ciudad más pequeña, en donde continúa contaminando el ambiente.

Adicionalmente, durante aproximadamente 20 años ha estado funcionando un imponente complejo industrial; las chimeneas son evidentes desde lo más alto de los cerros de Paraíso de Dios. En esta ciudad se encuentran establecidas más de 100 industrias de químicos, manufacturas, productos farmacéuticos, artículos metalúrgicos, refinerías de petróleo como la Refinería Dominicana de Petróleo.

Los desechos de todas las industrias afectan y continúan afectando a los habitantes, incluso el puerto más importante del país, ubicado en Bajos de Haina, también se ve afectado. Las fábricas son responsables anualmente de la emisión al aire de 9,8 toneladas de formaldehido, de 1,2 toneladas de plomo, 416 toneladas de amonio y 18,5 toneladas de ácido sulfúrico. De todas
esas emanaciones se identifican 84 sustancias peligrosas, 65 tóxicas de mayor grado.

Las fábricas que más daño producen son las de la fabricación de aparatos eléctricos y electrónicas pues los residuos sólidos se mantienen en el ambiente; el suelo al estar contaminado detecta 74,2 toneladas de plomo, 91,3 toneladas de cobre, 412 toneladas de ácido sulfúrico, 29,6 toneladas de ácido fosfórico, 4,5 toneladas de cloro y 10,2 toneladas de amonio. Estas son las cifras de los contaminantes que han hecho de Bajos de Haina un lugar de amenaza para la salud y el propio ambiente.

La población de Bajos de Haina lleva varios años con su población enferma de asma, bronquitis, gripe, infecciones diarreicas agudas. Los niños son los principales afectados. La situación se agrava al acumular las toneladas de sustancias peligrosas con los desechos urbanos, estas últimas son arrojadas al aire libre y convierten al ambiente en un área insostenible. Esta población vive en una situación de contaminación constante, el grado de impotencia es enorme pero alguien debe ponerle fin a esta situación para no seguir perdiendo más vidas. Ellos como personas merecen una buena calidad de vida y atención asistencial para los males que les aquejan.

¿Qué planeta le vamos a heredar a nuestras generaciones?, si analizan con detenimiento la mayor parte, por no decir que todos los sitios contaminados en la Tierra obedecen a una sola causa: dinero, monopolio, capitalismo.






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7 Comentarios

  1. El hombre se encarga de dañar el entorno donde vive y probablemente en algunos años este tipo de ''paisajes'' se van a poder contemplar en mas países. Esta es la realidad dolorosa de las costumbres del ser humano...

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  2. He quedado estupefacta despues de leer estos articulos y me pregunto como los gobiernos o los organismos de salubridad no hacen nada para evitar esta masacre (se puede decir) hacia los seres indefensos que por la pobreza se ven atrapados en esos pueblos o ciudades .....lastimosamente estas situaciones deplorables seguira en aumento .....y que sera de nuestros hijos en el futuro?

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  3. Hector Gonzalez Orellano17 de octubre de 2013, 17:43

    Dentro de poco va a aparecer Gualeguaychu Entre Rios con las pasteras que esta instalando Uruguay

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    1. mira un poco mas adentro de tu pais ya estan contaminados hace rato ignorante

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  4. es Un poco dratico esto NO?

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  5. Esta la historia del ser humano. Un ser vivo capaz de lo mejor... pero también de lo peor. Capaz de autodestruirse a si mismo, habiendo perdido el instinto de superviviencia de la especie a costa del intinto de supremacía sobre los de su misma especie.
    No es drástico, es realidad. Cualquiera que lea la historia de la isla de Pascua, sabrá como termina esta historia.

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  6. DESGRACIADAMENTE NO HAY LEYES MAS RIGUROSAS PARA EVITAR LA CONTAMINACIÓN, EN OTROS PAISES SOLO, POR EJEMPLO LOS INDUSTRIALES PAGAN PARA SEGUIR OPERANDO Y ARROJANDO TOXINAS EN EL SUELO, AIRE, EN MARES Y RÍOS Y LOS GOBIERNOS CON TAL DE ENRIQUECERSE PERMITEN TODO ESTO NO LES IMPORTA LA VIDA NI LA SALUD DE LOS DEMÁS ES LAMENTABLE, NUESTROS HIJOS Y LOS HIJOS DE NUESTROS HIJOS PAGARAN MUY CARO ESTA TERRIBLE CONSECUENCIA OJALA SE CONSIDERARA ESTO YA QUE CADA VEZ HAY MAS CONTAMINACIÓN Y MENOS SOLUCIÓN.
    SALUDOS.

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